La nueva novela "Freak" de Francisco Angulo supone una brillante exploración de algunos de los temas eternos que han obsesionado al ser humano desde el albor de los tiempos: la búsqueda desenfrenada de la inmortalidad, el lacerante dolor de la pérdida y la redención a través del poder salvífico del amor.
Con una prosa elegante y evocadora, que a momentos alcanza tintes líricos, Angulo nos transporta a un ambiguo territorio entre la realidad y la fantasía, un inquietante circo freak habitado por seres mitad humanos mitad animales, que han encontrado en esta peculiar familia de inadaptados un hogar donde guarecerse, un oasis de aceptación lejos de la crueldad y los prejuicios imperantes en el mundo exterior.
El autor maneja con gran destreza los saltos temporales, entrelazando con magistral habilidad la enigmática historia del Doctor Nikola, un hombre que lleva décadas siendo eternamente joven gracias a los efectos de una misteriosa máquina, con la del joven Alex, un muchacho sensible e incomprendido que ha pasado su infancia recluido en un psiquiátrico, injustamente tachado de loco por su propia familia. Las vidas de estos dos personajes, separados por más de un siglo de distancia, se nos muestran sin embargo entrelazadas por el invisible e inescrutable hilo del destino.
Como bien señalara Thomas Mann, "el tiempo no es más que una ilusión persistente", y esta novela constituye una elocuente demostración de dicha aseveración. Mediante un ingenioso juego de correspondencias temporales, que bien podría remitirnos a ciertos aspectos de la relatividad einsteniana, Angulo difumina las aparentemente nítidas fronteras entre pasado y presente, mostrándonos que en última instancia no son más que parte de esa ilusión a la que Mann aludía, pues en lo esencial todo tiempo es Uno y el mismo.
A lo largo de la densa trama argumental, el autor plantea sugerentes paralelismos entre la obstinada búsqueda emprendida por el Doctor Nikola y los incesantes intentos de la humanidad por trascender sus limitaciones, ya sea a través del poder de la ciencia y la tecnología, de la fe o de la ancestral magia. La ansiada eterna juventud perseguida por Nikola evoca irremediablemente ese sueño prometeico de vencer a la muerte que ha obsesionado al hombre desde los albores de la civilización. Al igual que el legendario Fausto, Nikola está dispuesto a pagar cualquier precio y arriesgarlo todo con tal de recuperar a su amada Apolonia, de rescatarla de las garras inexorables del tiempo.
